LAS CIUDADES MÁS FELICES DEL PERÚ



Un grupo de investigadores se propuso medir la felicidad de los peruanos. ¿Se imaginan cuáles son los lugares más felices del Perú, y por qué?

Definir qué es la felicidad es muy complicado, pues aquello que nos hace felices depende de cada persona, de cada familia, e incluso de cada comunidad. Jorge Yamamoto es investigador del comportamiento y coordinador del Grupo de Investigación en Bienestar, Cultura y Desarrollo de la PUCP. El 2014, presento una inspiradora charla en TedxTukuy sobre la felicidad y los peruanos. Sus estudios se basan en principios y no en reglas, porque la historia de cada comunidad, su geografía y otros factores pueden alterar los patrones de medición. Pero luego de una década de trabajo, destaca con total certeza, “la increíble capacidad humana para soñar”.

Algunos de los lugares más felices de Perú, según nos explica Jorge Yamamoto, son:



Huancayo, la ciudad más feliz del Perú. ¿Por qué? Porque el Valle del Mantaro tiene huancaínos: el huanca tiene un gran equilibrio entre trabajo y diversión. Prueba de ello son sus alegres y constantes fiestas patronales. Tiene también una sólida identidad de la cual está muy orgulloso. Los huancaínos también tienen un “elevado sentido meritocrático”: es decir, saben que respetando las tradiciones, trabajando duro y ayudando a los otros, será bien reconocido como un señor ciudadano. Todo eso les convierte en el pueblo más feliz del Perú.

Las pequeñas comunidades tradicionales muy remotas en la Amazonía, como San Geraldine, cerca de Pacaya Samiria. Estos son lugares que guardan un místico equilibrio con la naturaleza: en opinión del investigador, “contemplar un paisaje es un viaje hacia la naturaleza de la felicidad”. ¡Estamos totalmente de acuerdo!

Pequeñas caletas de pescadores, sin interacción de turismo intensivo o modernización, como El Ñuro hace diez años. Estas son pequeñas zonas donde las familias trabajan unidas, y donde no se respeta a la familia con más poder económico, sino a aquella con la mayor calidad de trabajo y unión familiar.

Pueblos andinos ni muy aislados, ni muy próximos a grandes ciudades, como Acostambo, en Huancavelica. Donde además del trabajo familiar existe un excelente trabajo comunitario: aquí, todos los vecinos cooperan para sembrar y cosechar la chacra de los miembros de la comunidad.



Por último, Jorge Yamamoto comenta que ha pasado recientemente una tarde en Jequetepeque, en Pacasmayo, y aunque no tiene datos duros, le pareció un lugar muy feliz. Es que la felicidad también puede presentarse como una cálida impresión que simplemente nos abraza de repente.

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