Después de muchos años soñando con conocer Las Pampas del Heath, el día había llegado. Empezábamos nuestro viaje a conocer un ecosistema único en la Amazonía Peruana: La Sabana de Palmeras, una ecorregión muy pequeña en el sureste del Perú donde se encuentran especies que sólo viven ahí, como el ciervo de los pantanos y el lobo de crin.
Decidimos ir hasta Puerto Maldonado por tierra sabiendo que sería un viaje largo, pero que valdría totalmente la pena. Salimos de Lima muy temprano, tomamos la carretera sur hasta Nazca, donde tomamos la carretera interoceánica sur tramo 1 hasta llegar a Cusco, después de aproximadamente 18 horas. Descansamos una noche en Cusco y la mañana siguiente retomamos el viaje por la carretera interoceánica Sur tramo 2 hasta llegar, 10 horas después, a Puerto Maldonado.
Esa misma tarde, fuimos al Puerto Tambopata, donde partía el bote que nos llevaría hasta el Heath River Wildlife Center y donde nos encontraríamos con nuestros amigos de InkaNatura Travel. Al llegar, hacía un calor insoportable, por lo que decidimos tomarnos una Cerveza helada para esperar al resto de los pasajeros con los que haríamos el viaje a Pampas del Heath. En el bote nos esperaba Jesús, que nos habían contado era el mejor motorista de la zona. Muy emocionadas, comenzamos nuestro descenso en bote por el río Madre de Dios hasta llegar al río Heath, el límite fronterizo entre Perú y Bolivia. En el lado peruano, está el parque nacional Bahuaja Sonene, y en el lado boliviano, el parque nacional Madidi.
El rio estaba muy bajo, ya que hacía muchos días que no llovía. Por eso, el trayecto que normalmente tarda entre 3 y 4 horas, nos tomó casi 7 horas, teniendo que bajar del bote varias veces para ayudar a empujar el bote. Esa demora, valió totalmente la pena, porque nos tocó uno de los atardeceres más hermosos que hemos visto en nuestras vidas. Los colores increíbles iban iluminando el cielo y las nubes se reflejaban en el rio, formando un paisaje mágico. Luego del atardecer, el cielo se oscureció y luego se empezó a iluminar poco a poco hasta quedar totalmente estrellado y con una luna creciente que se reflejaba en el río. La bienvenida perfecta a esta zona, en la que ninguna había estado antes.
En la mañana nos despertamos antes del amanecer para ir a la colpa a ver los loros y guacamayos. Cuando llegamos, la pared de arcilla se empezó a llenar de color con las decenas de loros que iban llegando. Luego, empezaron a llegar los guacamayos en parejas, hasta que llegamos a contar 56, sumándole a lo que ya era una obra de arte los colores rojos, amarillo, azul…una experiencia única en la naturaleza.
Cuando empezó a llover los guacamayos se fueron, y decidimos volver al albergue nosotras también. La lluvia hizo que la caminata de regreso al bote sea mágica, con el olor intenso a selva, olor a verde. Luego de caminar una hora, terminamos nuevamente en la colpa, y recién no dimos cuenta que ¡habíamos estado caminando en círculos!
Después de almorzar, empezamos la caminata de aproximadamente 1 hora y media rumbo a las Pampas del Heath. Caminábamos a paso rápido, cuando de pronto pasamos de estar en medio del bosque tropical a estar en medio de un descampado de que daba la sensación de estar en la sabana africana…. finalmente habíamos llegado, no podíamos dejar de sonreír. Nos subimos al mirador, y no podríamos creer que estábamos en medio de la Amazonía y que podíamos ver la línea del horizonte hasta muy, muy lejos.
El día siguiente, luego de caminar toda la mañana en busca de fauna por los alrededores del albergue, nos esperaba una nueva aventura… de esas que involucran altura y que a Talía le suelen dar miedo. Luego de caminar media hora, llegamos a un Ceibo precioso de 40 metros de alto, equipo para subir con una escalera y equipo de seguridad. Nos preparamos y subimos hasta la plataforma en la parte alta, desde donde se podía ver todo el bosque desde otra perspectiva. Pasamos toda la tarde disfrutando de los olores y colores de la selva, y prometimos que volveríamos a Pampas del Heath, y que pasaríamos una noche sobre ese mismo árbol, en ese mágico lugar.
¿Cómo llegamos?
Nuestra aventura comenzó en Puerto Maldonado, desde donde nuestros amigos de InkaNatura Travel nos llevarón a Pampas del Heath.Nos transladaron al Puerto Tambopata (15 minutos) donde nos esperaba el bote para empezar nuestro recorrido. Avanzamos 3 horas por el río Madre de Dios y 3 horas más hasta el río Heath.
Para llegar a Puerto Maldonado se puede ir en avión, pero nosotras decidimos ir por tierra atravesando todo el Perú. Tomamos la carretera Panamericana sur desde Lima hasta llegar a Nazca, donde tomamos la carretera interoceánica sur tramo 1 que pasa por Puquio, Chalhuanca y Abancay, hasta llegar a Cusco. En Cusco, tomamos la carretera Interoceanica sur tramo 2 que pasa por Urcos, Oconcate y quincemil, hasta llegar a Puerto Maldonado.
¿Dónde nos quedamos?
Nos quedamos en el albergue Heath River Wildlife Center, de InkaNatura Travel. El paquete incluye recepción del aeropuerto, transporte hasta Heath River Wildlive Center, alojamiento, alimentación completa, guiado, ingreso al Parque Nacional Bahuaja Sonene.
¿Cuántos días nos quedamos?
3N / 4D
¿Qué hicimos?
- Collpa de Guacamayos y loros a sólo 10 minutos del albergue
- Caminata de una hora y media para llegar a las Pampas del Heath
- Observación de aves (existen 480 especies de aves) y fauna (6 especies de monos, tapires, capibaras)
- Visita a cocha guacamayo, observación de nutrias
- Ascenso a plataforma de 40 metros sobre un ceibo, con sistema de seguridad.
Que nostalgia, yo trabaje 7 años en ese maravilloso lugar, y en todo ese tiempo solamente vi 1 lobo de crin, y de manera muy fugaz. Pero si vi varias veces ciervo de los pantanos y bueno diversidad de otros animales. Anaconda ni qué decir. Gracias por haberme hecho recordar esos maravillosos tiempos. A propósito, faltó señalar a los autores de esta simpática nota!…