A solo cuatro horas de la ciudad de Lima está Huarmey, una pequeña ciudad en donde disfrutamos de maravillosas playas, exquisita comida y singular cultura.
Salimos de Lima al amanecer rumbo al norte y tras haber recorrido 297 kilómetros llegamos a Huarmey, una ciudad que lo tiene todo. Llegamos a las 9 am, después de cuatros horas turnándonos el timón, y nos fuimos directamente a visitar las playas Huarmeyanas. El primer balneario que conocimos fue Tuquillo, el cual recibió el “Premio Ecoplayas” en la categoría rural. Es una playa espectacular, y es considerada “la piscina del Océano Pacífico” por la tranquilidad de sus aguas, sin embargo, por ser fin de semana, las sombrillas cubrían gran parte de la arena, y nosotras queríamos visitar playas menos concurridas. Seguimos nuestro recorrido hacia el norte, hasta el kilómetro 318, donde tomamos el desvío hacia la playa “Pan de Azúcar”.
Al día siguiente nos despertamos muy temprano para disfrutar del nuevo circuito “Huarmey Milnenario”. Nuestros amigos de la agencia Vive Huarmey nos recogieron muy temprano del hotel y nos entregaron bicicletas y casco, para que el recorrido fuera aún más divertido. El primer lugar que visitamos fue el Castillo de Huarmey. Este complejo arqueológico, perteneciente a la cultura Wari, guarda historias muy interesantes, y Santiago Del Castillo es quien las cuenta con más pasión. Éste es considerado como uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de la región, vale la pena visitarlo.
Después de aprender un poco sobre la historia de Huarmey, fuimos a una plantación de espárragos, a aprender más sobre la vida actual de los huarmeyanos. Conocimos a Lucio García, un agricultor que se dedica al cultivo de espárragos. Él nos contó que antes solo vendían los espárragos, pero que ahora los consumen de muchas formas, en cremas, como salgas ¡y hasta en helados! Luego, Juan Loayza, el gerente de la Cooperativa Agraria del Valle de Huarmey – Culebras, nos contó que los espárragos crecen 1 cm por hora, por lo que, en época de cosecha, se puede cosechar diariamente. Nos enseñaron cómo hacerlo, y a nosotras nos pareció muy divertido.
Después de dos días en Huarmey, nos fuimos felices de haber conocido a personas tan interesantes y con ganas de mostrar orgullosos su cultura. Estando a solos cuatro horas, ¡estamos seguras de que volveremos pronto! ¡Salud!