Ilo: refugio frente al mar



En las costas del departamento de Moquegua existe un pequeño puerto, ubicado en el corazón de Sudamérica. La ciudad de Ilo es el puerto más austral del Perú, donde sus habitantes han podido congeniar el desarrollo industrial pesquero con la belleza de sus playas y sus atardeceres.

En las últimas décadas del siglo pasado, Ilo se ha convertido en la ciudad de más rápido crecimiento del departamento de Moquegua, debido a su posición estratégica en el litoral peruano y por ser el punto de salida de la Carretera Interoceánica, la cual une a Brasil con el Océano Pacífico. A pesar de su desarrollo, la seguridad de sus calles está garantizada por la inversión hecha por la minera Southern Perú, que ha hecho de Ilo su centro de operaciones en el sur.

Debido a esto, Ilo está considerada como un refugio para aquellos que desean escapar de la azarosa vida frenética de la ciudad.



La Glorieta José Gálvez

Uno de los símbolos turísticos de Ilo es la Glorieta José Gálvez, construida en 1915 por impulso de los vecinos del puerto, quienes buscaban homenajear a los héroes navales que lucharon en la Batalla de Pacocha, durante la Guerra del Pacífico.

Hecha íntegramente de madera con estilo colonial, la Glorieta entra hacia el mar y desde ella se puede ver la inmensidad del mar calmo del sur peruano.

Reserva de Punta de Coles



Así como existen monumentos arquitectónicos, en Ilo podemos encontrar uno de los últimos refugios de los lobos de mar peruanos en la Reserva de Punta de Coles, donde estos animales conviven con las aves guaneras. En ella existe un delicado microclima, cuya biodiversidad está resguardada por el Estado peruano. Diversas organizaciones ambientalistas se han dedicado a cuidarla debido a la amenaza de la contaminación minera, la cual ha sido reducida desde 1995, gracias a las gestiones de los vecinos y la buena voluntad de la minera Southern Perú.

La Cultura Chiribaya

Ilo ha sido poblado desde tiempos preincaicos, habiendo vestigios de la Cultura Chiribaya, una sociedad no compleja que vivía de la agricultura y la pesca. Fueron una de las primeras civilizaciones en descubrir las bondades del guano, por lo cual fertilizaron el valle del río Osmore hasta la llegada de los Incas, a fines del siglo XIV.

En el distrito de El Algarrobal existe un museo de sitio donde se exhiben sus complejos tejidos que hacen referencia a una influencia de la Cultura Paracas. En lo que respecta a alfarería, se caracteriza por sus colores rojos con puntos blancos, los cuales llamaron la atención de los artistas incas y la hicieron estándar en el sur del Perú.

El Pastor Chiribaya

También fueron creadores de la raza “Pastor Chiribaya”, que son los primeros perros pastores de América. Estudios hechos por la investigadora Sonia Guillén Oneglio han concluido que el Pastor Chiribaya es el antecesor del pastor de llamas del Incario.

El Algarrobal

Con la llegada de los españoles, este asentamiento humano creció. El fértil valle del río Osmore fue llenado con algarrobos, los cuales fueron especialmente beneficiados por el clima húmedo del puerto. Hasta hoy, las mejores aceitunas se producen en este valle.

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