Cusco, conocida como la Ciudad Imperial, es una de las ciudades más hermosas y llenas de historia en Perú. La riqueza cultural de Cusco se refleja no solo en sus monumentos, sino también en sus calles, muchas de las cuales tienen nombres peculiares que evocan su pasado incaico, colonial y republicano. En este artículo, exploraremos algunas de las calles más interesantes de Cusco y sus historias.
1. Calle Hatun Rumiyoc
La calle Hatun Rumiyoc alberga una de las joyas arquitectónicas más famosas de Cusco: la Piedra de los Doce Ángulos, un símbolo de la ingeniería inca. Esta calle se construyó sobre los cimientos del Palacio de Inca Roca, que luego se transformó en el actual Palacio Arzobispal. La mezcla de épocas se refleja en la arquitectura que combina los periodos incaico, colonial y republicano.
2. Calle Loreto
Esta calle se remonta al Imperio Inca y formaba parte del camino que separaba los palacios del inca Huayna Cápac y el Acllawasi, la casa de las vírgenes del sol. A lo largo de los siglos, la calle ha mantenido su estructura original, mostrando cómo se organizaban las ciudades incas, con grandes canchas delimitadas por muros de piedra. Su nombre actual, Loreto, proviene de la capilla de Nuestra Señora de Loreto, ubicada cerca de la Plaza de Armas.
3. Calle Resbalosa
Conocida por su inclinada pendiente y su superficie adoquinada, la Calle Resbalosa es famosa por las caídas que experimentan quienes la transitan. En quechua, se llama Sikitakana, que significa «golpearse el trasero», un nombre muy apropiado considerando lo resbaladizo de su suelo. Además, se dice que en esta calle vivió el mestizo Agustín Ruelas, famoso por sus travesuras.
4. Calle Suecia
Antiguamente conocida como la Calle Sucia, esta vía era un basurero lleno de desperdicios que solo se limpiaba en vísperas de las festividades religiosas. Con el tiempo, el nombre fue cambiado a Calle Suecia, probablemente para ocultar su pasado sucio. Hoy en día, es una calle transitada que refleja el paso del tiempo y la evolución de la ciudad.
5. Calle Purgatorio
La leyenda de la Calle Purgatorio cuenta que, tras la muerte de una mujer que vivía en una casa de esta calle, su espíritu comenzó a aparecer, causando terror entre los vecinos. Un hombre aprovechó esta situación, disfrazándose para recolectar limosnas en nombre de las almas del purgatorio, dando así origen al nombre de esta calle llena de historias de fantasmas.
6. Calle del Tigre
En la unión de las calles Plateros y Saphy se encuentra la Calle del Tigre. Según la leyenda, un aprendiz de pintor al servicio de Diego Quispe Tito pintó la figura de un gato montés en una de las paredes de la calle. Con el tiempo, la imagen se asoció erróneamente con un tigre, lo que dio origen al nombre que lleva hoy.
7. Cuesta del Almirante
Durante la época inca, esta cuesta pertenecía al palacio del Inca Huáscar. Con la llegada de los españoles, el almirante Francisco Alderete Maldonado construyó su casona en esta calle, de ahí el nombre. La Cuesta del Almirante es conocida por su empinada subida y sus vistas panorámicas de la ciudad.
Las 7 Calles Legendarias del Cusco
Además de las calles mencionadas, el número siete tiene una importancia especial en la ciudad, tal como se refleja en el nombre de varias calles. A continuación, exploramos las siete calles más representativas de Cusco:
- Calle 7 Culebras: Esta calle destaca por los grabados en sus muros que muestran catorce serpientes, divididas en dos grupos de siete.
- Calle 7 Borreguitos: Esta calle conecta con el barrio de San Cristóbal y es famosa por las llamas y vicuñas que desfilan por ella.
- Calle 7 Angelitos: En tiempos coloniales, se pintaron siete angelitos en los techos de las casas como símbolo de protección.
- Calle 7 Diablitos: Llamada así porque solía ser el lugar donde las parejas se encontraban en secreto, esta calle tiene una atmósfera misteriosa.
- Calle 7 Cuartones: Recibe su nombre de los grandes bloques de piedra o cuartones que bordeaban el río Saphy en tiempos incas.
Un Paseo por el Tiempo
Cada calle del Cusco tiene una historia fascinante que refleja la rica herencia cultural de la ciudad. Al caminar por sus empedrados, no solo recorremos un camino físico, sino que también viajamos por las épocas incaica, colonial y republicana, reviviendo leyendas y tradiciones que siguen vivas en la memoria colectiva.
Cusco no es solo una ciudad para ver, sino para sentir, explorar y descubrir, donde cada rincón guarda un fragmento de su glorioso pasado.