Apurímac, enclavada en los andes del Perú, tiene mucho que descubrir. Y uno de estos lugares que hay que visitar es el Complejo Arqueológico de Sondor, un conjunto de recintos que son un legado manifiesto del desarrollo de las civilizaciones precolombinas.
En la capital de Apurímac, Andahuaylas, existe un conjunto de sitios turísticosque el turista no puede perderse. La belleza de este lugar, sus paisajes y la calidez de sus gentes, se deben, en buena parte al legado cultural e histórico de que es heredera.
Y precisamente, refiriéndonos a esto último, los vestigios de la presencia de importantes enclaves precolombinos, han dejado para la posteridad, diversos recintos y construcciones que son el testimonio de sociedades avanzadas que se desarrollaron allí y de las que muchas de sus costumbres y prácticas ancestrales aún se practican entre sus habitantes.
Uno de estos vestigios arqueológicos es pues, el Complejo Arqueológico de Sondor, construido por los chankas, civilización que se extendió y desarrolló entre los siglo XI y XIV.
Se ubica a 21 km. desde la ciudad de Andahuaylas hasta la laguna llamada Pacucha. Esta ruta apenas se hace en 30 minutos en automóvil. Desde allí hay que realizar un recorrido a pie de 30 minutos para llegar hacia las ruinas.
A primera vista se puede observar que este complejo sagrado presenta diferentes niveles de forma piramidal. Alrededor, hay terrazas y plataformas amplias; de entre estos destaca Muyu Muyu, una elevación sagrada con escalinatas y terrazas. Pero lo que destaca más son sus andenerías piramidales que llegan a tener hasta nueve niveles y más de 400 peldaños. Vale la pena hacer la subida pues se llegará a una huaca en la que, se cree se realizaban sacrificios humanos.
La vista desde la cima es preciosa y exhibe el paisaje montañoso andino, desde el cual se puede apreciar la laguna Pacucha; también la vegetación del lugar y la flora entre lo que destacan orquídeas (link machu picchu botanica) y tulipanes.